Peritonitis infecciosa felina

Es una enfermedad infecciosa, provocada por un coronavirus, que cursa con una vasculitis piogranulo-matosa inmunomediada y diseminada. Se distinguen dos formas, una efusiva o húmeda y otra seca. Tras la infección vía oronasal, el virus puede pasar a replicar-se en el sistema monocitos/ macrófagos. Se desenca-dena una patogénesis inmunomediada mediante la cual, la respuesta humoral (anticuerpos), provoca la formación de inmunocomplejos que se depositan en las paredes vasculares. Estos depósitos desencadenan una reacción de hipersensibilidad tipo III provocando vasculitis diseminada y piogranulomas.

  • Forma húmeda. La vasculitis incrementa la per-meabilidad vascular a nivel de las serosas de las cavidades corporales. Aumenta la cantidad de exu-dado con una alta concentración de fibrina, que se acumula en estas cavidades. Esta forma se consi-dera 2-3 veces más frecuente que la forma seca.
  • Forma seca. Se caracteriza por la presencia de piogranulomas en diferentes órganos.

En general se considera que la PIF es una patología con una baja morbilidad (<1% anual) y una alta mortalidad. En comunidades de gatos numerosas, la prevalencia de algún coronavirus felino se estima entre el 80-90 % y en gatos que viven solos, entre el 10-40 %. La enfermedad se desarrolla en un 20 % de los gatos que se infectan (básicamente menores de 3 años y mayores de 11 años). Cuando se desarrolla, tiene una alta mortalidad dependiendo de la virulencia y tropismo tisular de la cepa, la magnitud de la infección, la edad del animal, su respuesta inmune y la vía de entrada de la infección. Si la respuesta a nivel de la inmunidad celular es alta, puede no desarrollarse la enfermedad, si es baja, se desarrollará la forma húmeda y si es intermedia, la forma seca. Se describen remisiones espontáneas y hallazgos de necropsia que corroboran estos desarrollos y curaciones de infecciones por VPIF. Actualmente se considera que el Coronavirus Entérico Felino, que se multiplica en las células cilíndricas maduras del epitelio del intestino delgado, puede mutar o recombinarse, adquiriendo la capacidad de penetrar en el organis-mo. Si este virus mutante, pasa a replicarse en el sis-tema monocitos/macrófagos podría convertirse en virus causante de PIF, sin desaparecer el virus intestinal no mutado que se excretaría vía heces y que sería fuen-te de nuevos contagios. Aún así, se sabe que el 95% de gatos con FeCoV, también lo tienen en sangre. La fuen-te de contagio se considera que serían los gatos clínica-mente enfermos que eliminan virus durante un corto periodo de tiempo y los portadores de FeCoV que lo excretan durante largos periodos de tiempo de forma intermitente. Actualmente se consideran los coronavirus felinos como un conjunto de poblaciones virales. Existen diferentes cepas de FIPV y de FeCoV, con una composi-ción antigénica similar en una misma zona geográfica pero con muy diferente patogenicidad.

Sintomatologí­a

Suele ser inespecífica cursando con anorexia, pérdida de peso, letargia, vómitos, diarrea y fiebre fluctuante de ori-gen desconocido y que no responde al tratamiento. Ocasionalmente, el FeCoV puede cursar con cuadros de gastroenteritis severa. La forma húmeda se caracteriza por una distensión abdominal no dolorosa que puede ir acompañada de derrame pleural (pleuritis fibrinosa) con la consiguiente disnea. Así mismo pueden producirse derrames pericárdicos. También pueden producirse vómitos, ictericia secundaria a la inflamación hepática y pancreática y tendencia a las hemorragias si se instaura una CID (la PIF es una patología felina que suele aso-ciarse a CID). La forma seca suele tener un inicio insidio-so y una sintomatología inespecífica que posteriormente se complica con la sintomatología propia de los órganos afectados por la inflamación piogranulomatosa. El virus afecta preferentemente a hígado, bazo y ganglios debi-do a su gran contenido en macrófagos. La sintomatolo-gía ocular, si se presenta, lo hace de manera más precoz a cualquier otra sintomatología sistémica. Pueden observarse uveitis unilaterales o bilaterales, corioretinitis, hife-mas, miosis, edema de córnea, etc. En el 50% de los casos de PIF, se desarrolla sintomatología nerviosa de tipo progresivo como ataxia, convulsiones, signos vestibula-res, parálisis del tercio posterior, tetraparesia, etc., reflejo de una meningoencefalitis multifocal piogranulosa. Esta sintomatología es más frecuente en animales menores de 2 años. Los riñones pueden encontrarse a la palpación grandes e irregulares, similares a los que se encuentran en los linfomas. También pueden afectarse los pulmones. Son frecuentes las coinfecciones con FeLV y FIV que potencian el desarrollo de las infecciones por PIF y com-plican la sintomatología. También se han observado casos de PIF asociados a Hemobartonella felis. En algu-nas ocasiones la única sintomatología puede ser el aumento de un solo nódulo linfático, similar a un tumor.

Interpretación de los análisis

Pruebas Generales

  • Hemograma: Anemia no regenerativa, normocítica, normocrómica (50%). Leucocitosis causada por neu-trofilia (algunos leucocitos pueden presentar cuerpos de inclusión), con desviación a la izquierda, linfope-nia y monocitosis. En casos de PIF fulminante, puede producirse una panleucopenia.
  • Proteinograma: Más de un 40% de los gatos afectados presentan unas proteínas totales aumen-tadas y un patrón electroforético de hiperglobuli-nemia policlonal (aumentos de α2, β y γ) con hipo-albuminemia, reflejo de la inflamación crónica y la producción de anticuerpos.

  • Bioquímica sanguínea: Alteraciones que dependen de los órganos afectados. Se produce un aumento de la BIL en un 25% de los casos y de la URE en un 17%. También pueden observarse aumentos de la FAL, CRE y GPT.
  • Serología: Se detectan anticuerpos de coronavirus. Los títulos positivos deben interpretarse con cautela puesto que pueden ser debidos a FeCoV o VPIF, mientras que los títulos negativos generalmente descartan la posibilidad de infección por VPIF. En gatos adultos, que no tienen contacto con otros gatos y presentan sintomatología, un título positivo es más indicativo de enfermedad que en un colectivo de animales. Títulos muy altos suelen corresponderse con PIF seca y títulos más bajos con PIF húmeda. Actualmente se considera que tanto FeCoV como VPIF pueden dar títulos altos o bajos.
    Títulos positivos sin sintomatología, deberían retitularse a los dos meses para comprobar la evolución.
    Las disminuciones significativas deben ser ≥ 4 veces el título inicial (por ejemplo, un disminución de 1/640 a 1/80). Si el título se mantiene, significa que prosigue el contacto con el virus o que se está desarrollando la enfermedad. En las fases finales de la enfermedad, el título puede llegar a ser negativo, posiblemente debido a la formación de inmunocomplejos que hacen disminuir el número de anticuerpos circulantes. Este hecho se acentúa si se realizan drenajes. En gatos con PIF clínica pero muy inmunodeprimidos (por otras patologías como por ejemplo una FIV), los títulos también pueden ser negativos.

Pruebas Específicas

  • Análisis de LCR: Inflamación aséptica con numerosos neutrófilos, macrófagos y linfocitos (leucocitos >100 cels./μL siendo > 70% neutrófilos) y una concentración de proteínas muy elevada >200 mg/dL. Serologia de LCR. Ig G positivas.
  • Análisis de líquido abdominal: Exudado de apariencia transparente a turbia, color paja, consistencia viscosa con material floculento y que suele coagular (o formar cadenas de fibrina) al contacto con el aire. Densidad > 1.018, proteínas > 4 g/dL (sí las globulinas ≥ 50% y γ ≥ 32%, altamente sospechoso de PIF; sí la albúmina > 48% o cálculo A/G > 0.81, altamente NO sospechoso de PIF), recuento leucocitario bajo (1000-2000 cels./ mL), con linfocitos, macrófagos y neutrófilos no degenerados (diagnóstico diferencial con peritonitis sépticas y piotórax). Estos resultados son comunes a la colangitis linfocítica.
  • Biopsia: Antes de realizar una biopsia, asegurarse de que no se ha instaurado una CID. La detección postmortem de virus fuera del tracto gastrointestinal, como por ejemplo, en ganglio, masa abdominal u órgano afectado, es de utilidad para diagnosticar una PIF.
  • Coagulación: En algunos casos (PIF fulminante), puede encontrarse un aumento del fibrinógeno (> 400 mg/dl) y si se asocia a CID, trombocitopenia y aumento de los tiempos de protrombina y tromboplastina activada.

Profilaxis

La vacunación intranasal estimula la inmunidad celular. Es posible que la vacunación de los cachorros entre las 6 a 16 semanas disminuya la incidencia de PIF clínica. Sin embargo, no hay protección cruzada entre diferentes cepas de virus.

Se debe intentar disminuir la prevalencia del Coronavirus Entérico Felino puesto que es la fuente de virus causante de la PIF. Se calcula que el 33% de animales seropositivos eliminan virus. Por lo tanto, es conveniente apartarlos de la comunidad de gatos, así como a las madres seropositivas de sus cachorros. El virus es muy lábil en el medio ambiente y muy sensible a los desinfectantes.

Se inactiva fácilmente con una solución de Clorhexidina 0.5g/L o Formol al 0.2 %.

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Ficha clínica

Peritonitis infecciosa felina

Análisis recomendados

  • Hemograma.
  • Proteinograma.
  • Bioquímica sanguínea: BIT, CRE, FAL, GPT y URE.
  • Serología.
  • Análisis de LCR.
  • Análisis de líquido de cavidad abdominal o pleural.
  • Biopsia por aspiración con aguja fina o por laparotomía.
  • Pruebas de coagulación.

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